La muerte del belga-israelí se habría producido por una reacción alérgica en el momento en que le inyectaron una sustancia en el pene, lo cual le produjo un ataque cardiaco, reseña el británico Mirror.
La compañía de Laniado, una de las más importantes comercializadoras de estas gemas en el mundo, se llama Omega Diamonds y tiene su sede en el puerto de Amberes, Bélgica.
Un amigo de Laniado, que quiso mantener su nombre en reserva, le dijo al Mirror que al magnate sus allegados le decían ‘El argentino’, por su parecido físico con un bailarín de tango.
Laniado era uno de los hombres más conocedores de diamantes, tanto en bruto como tallados, y era muy respetado en la industria.